La raíz de brezo es una de las maderas más apreciadas para la elaboración de piezas artesanales, debido a su belleza, resistencia y durabilidad. Sin embargo, modelar una raíz de brezo no es una tarea fácil, sino que requiere de mucha paciencia, habilidad y conocimiento.
El brezo es una planta que crece en zonas montañosas y húmedas, especialmente en las islas Canarias, donde se encuentra el mejor brezo del mundo. La raíz de brezo se forma bajo tierra durante décadas, y puede alcanzar un tamaño considerable.
Para extraerla, se necesita de un permiso especial y de herramientas adecuadas, que no dañen la madera ni el medio ambiente.
Una vez extraída la raíz, se debe someter a un proceso de secado natural, que puede durar varios años, para eliminar la humedad y evitar que se agriete o se deforme. Durante este proceso, se debe controlar la temperatura y la humedad del lugar donde se almacena la raíz, así como protegerla de insectos y hongos.
Cuando la raíz está lista para ser trabajada, se debe seleccionar la parte más adecuada para cada tipo de pieza , teniendo en cuenta el tamaño, la forma y el veteado de la madera.
Se debe cortar la raíz con cuidado, siguiendo el grano natural y evitando desperdiciar material. Luego, se debe tallar la forma de la raiz con herramientas manuales o eléctricas, respetando las curvas y los ángulos de la madera. Se debe lijar y pulir la superficie de la raiz con distintos tipos de lijas y pastas, para conseguir un acabado suave y brillante. Finalmente, se debe barnizar y encerar la pipa con productos naturales, que realcen el color y el veteado del brezo.
Modelar una raíz de brezo es un arte que requiere de mucha dedicación y experiencia, pero que también ofrece una gran satisfacción al crear una pieza única e irrepetible.
El brezo es una madera que tiene vida propia, que cambia con el tiempo y que refleja la personalidad de quien la trabaja y de quien la disfruta.
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