El brezo es una planta leñosa que crece en las zonas altas de la isla de Tenerife, especialmente en el Parque Nacional del Teide.
Sus raíces son muy apreciadas por los artesanos locales, que las utilizan para crear objetos decorativos y funcionales con un torno para madera.
El proceso de modelar una raíz de brezo requiere de un gran esfuerzo técnico y artístico, que se puede describir en los siguientes pasos:
– Selección de la raíz: El primer paso es elegir una raíz adecuada para el proyecto, teniendo en cuenta su forma, tamaño, color y textura. Las raíces de brezo suelen tener formas irregulares y nudosas, que le dan un aspecto rústico y natural. También hay que considerar el estado de conservación de la raíz, que debe estar seca y libre de insectos o hongos.
– Preparación de la raíz: El segundo paso es limpiar y cortar la raíz, eliminando las partes sobrantes o dañadas. Se utiliza una sierra o una cuchilla para darle una forma cilíndrica o cónica, que se pueda adaptar al torno. También se lija la superficie de la raíz para quitar las impurezas y suavizar las asperezas.
– Colocación en el torno: El tercer paso es fijar la raíz al torno, usando unas garras o un plato que sujeten la pieza con firmeza. Se debe centrar y equilibrar la raíz para evitar vibraciones o desplazamientos durante el torneado. El torno permite girar la pieza a gran velocidad, facilitando el trabajo de modelado con las herramientas adecuadas.
– Torneado de la raíz: El cuarto paso es el más creativo y complejo, ya que consiste en darle forma a la raíz con distintos tipos de gubias, formones, cinceles y otras herramientas de corte. Se debe tener cuidado de no dañar la estructura interna de la madera, que es muy dura y resistente. El torneado permite resaltar las vetas, los nudos y las irregularidades de la raíz, creando diseños únicos y originales. Se puede hacer un torneado simétrico o asimétrico, según el gusto del artesano.
– Acabado de la pieza: El quinto y último paso es aplicar un tratamiento final a la pieza, para protegerla y embellecerla. Se puede usar cera o barniz según el efecto deseado. También se puede pulir o bruñir la superficie para darle más brillo y suavidad.
El resultado es una obra de arte única e irrepetible, que refleja el talento y el esfuerzo del artesano.
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