La creación de un jarrón de madera de roble torneado a mano es un proceso artesanal que requiere de habilidad, paciencia y dedicación.
En el taller de artesanía Raíces del Teide, ubicado en el municipio de La Orotava, en la isla de Tenerife, se elaboran estos jarrones siguiendo una tradición centenaria que se ha transmitido de generación en generación.
El primer paso es seleccionar la madera de roble, que debe ser de buena calidad, sin grietas ni nudos, y con un grosor adecuado para el tamaño del jarrón.
Se corta la madera en trozos cilíndricos y se fija uno de ellos al torno, una máquina que hace girar la madera a gran velocidad mientras se le da forma con unas herramientas llamadas gubias.
El tornero debe tener un buen pulso y una gran precisión para ir tallando la madera con las gubias, siguiendo el diseño que tiene en mente o que ha dibujado previamente. El jarrón va tomando forma poco a poco, con curvas y relieves que le dan personalidad y elegancia.
El tornero debe controlar la velocidad del torno y la presión de las gubias para evitar que la madera se astille o se rompa.
Una vez terminado el torneado, se procede al lijado y al barnizado del jarrón. El lijado consiste en alisar la superficie de la madera con papel de lija , eliminando las posibles imperfecciones o asperezas.
El barnizado consiste en aplicar una capa de barniz o de cera sobre la madera, para protegerla y realzar su color y su brillo. El jarrón debe secarse bien antes de ser manipulado o expuesto.
El resultado es una obra de arte única e irrepetible, que refleja el talento y el esfuerzo del artesano.
Un jarrón de madera de roble torneado a mano es un objeto decorativo que puede dar un toque de distinción y calidez a cualquier ambiente.
En el taller de artesanía Raíces del Teide se pueden encontrar jarrones de diferentes tamaños, formas y acabados, todos ellos hechos con mimo y respeto por la naturaleza.
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